El vertido contaminante, procedente de una cantera de piedra en la frontera con Galicia tiñe el cauce en Valdeorras. La multa puede alcanzar el millón de euros.

Los técnicos de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil investigan en el Bierzo el foco de un gran vertido contaminante que desde hace días ha teñido las aguas del río en la comarca orensana de Valdeorras. Los primeros indicios sobre el origen del grave vertido al cauce del Sil se están centrando en torno al embalse de Peñarrubia, propiedad de la eléctrica Endesa en el municipio de Carucedo.

El reciente vaciado del embalse por parte de la compañía parece ser lo que dio lugar a la propagación inicial de la mancha que recorre desde hace ya seis días el curso del Sil entre el Bierzo y Valdeorras. Aunque las investigaciones van mucho más allá y la primera hipótesis sobre el origen de la «marea» contaminante se centra sobre «alguna cantera de piedra» en el entorno del embalse de Peñarrubia.

Guardias fluviales de la Confederación, según informó ayer la prensa gallega, han comenzado a realizar un análisis pormenorizado del vertido y en unos días tendrán los resultados que podrían certificar su origen.

Los vertidos al Sil procedentes de instalaciones industriales del entorno del pantano de Peñarrubia se producen desde hace años con casi total impunidad desde el punto de vista institucional y siempre con el silencio cómplice de los grupos conservacionistas.

La nueva Confederación Miño-Sil, sin embargo, parece decidida a actuar en este caso con severidad y de forma ejemplar. La multas que se pueden aplicar una vez que concluya la investigación y se determine el culpable del vertido pueden llegar al millón de euros. Ese es el tope máximo de la sanción para vertidos graves, que en su franja más baja sería de 6.000 euros. Desde el Barco del Valdeorras, la zona más afectado, se ha exigido a la Confederación una investigación a fondo.